Hace tiempo que la sensación de felicidad de los profesionales en el trabajo está relacionada con factores que van más allá de cuestiones financieras, como sentir orgullo por la organización, ser tratado con igualdad y respeto y sentirse valorado por lo que haces. Pero eso no significa que el salario y los beneficios no sean importantes. Al final, todos nosotros, al final del día, del mes y a lo largo de la vida, tenemos necesidades materiales que también contribuyen a nuestro sentido de realización.
Y es al inicio del año, cuando llegan esas habituales facturas del periodo, que muchas personas se dan cuenta de que, tal vez, no están recibiendo el salario que merecen o desean. El tema es bastante sensible, pero, con una buena dosis de sentido común, es posible abordarlo con el gestor. Recomiendo ocho estrategias:
Antes de iniciar cualquier conversación sobre aumento salarial, investiga cómo está la situación financiera de la empresa y el mercado en el que opera. Evalúa también cómo está el clima organizacional, tu reputación en la compañía, tus cualificaciones en relación con la función que desempeñas y tu remuneración comparada con la del mercado. Al evaluar este último punto, vale considerar estudios como la Guía Salarial de Robert Half. Un colaborador que solicita un aumento salarial en un momento inadecuado, además de tener más posibilidades de recibir una negativa, tiende a dar la impresión de ser una persona distraída o que no tiene una visión global de las situaciones.
Si hiciste este mapeo y crees que el momento es propicio, habla con el gestor de manera franca. Es mejor agendar una reunión, para evitar sorprenderlo en un momento inapropiado. Siempre creo que una buena conversación cara a cara, aunque sea virtual, es la mejor forma de resolver cuestiones personales y profesionales, desde las más simples hasta las más complejas. Hasta que el encuentro suceda, evita expresar tu insatisfacción con los colegas de trabajo o permitir que tu desánimo afecte la calidad de tus entregas.
La recomendación es que la justificación se base en méritos y no en cuestiones personales. Por lo tanto, evita decir que necesitas un aumento porque cambiaste de auto, te casaste, tuviste un hijo o te mudaste de la casa de tus padres. Lo ideal es estructurar tu argumento basándote en tus habilidades técnicas y conductuales, además de tu desarrollo en la organización y tus contribuciones positivas al negocio. De preferencia, con datos y hechos.
En esta conversación, puede suceder que no logres inmediatamente lo que deseas. Es posible que tu gestor imponga algunas condiciones para conceder el aumento que solicitas. También puede ocurrir que te ofrezca otros beneficios para compensar el aumento salarial deseado. Las posibilidades son variadas. Aquí, refuerzo la importancia de mantener la conversación en un tono amigable. Así, tendrás un ambiente más propicio para pedir un tiempo para reflexionar sobre la propuesta, si es necesario.
La conversación debe mantenerse en un tono profesional y maduro, totalmente enfocado en tus méritos, que deben basarse en tus logros y contribuciones. Hago esta observación para destacar que no suele ser exitoso el profesional que pide un aumento alegando que ya tiene una oferta de la competencia o que, si recibe una negativa, comenzará a enviar currículos. Lo que puedes hacer ante un “no” es, con educación y sentido común, cuestionar el motivo y, dependiendo de la respuesta, preguntar cuándo el gestor cree que podrían retomar el tema.
Tu gestor no necesita dar una respuesta inmediata a tu solicitud. Puede pedir un tiempo para evaluar lo que conversaron. Sin embargo, tienes el derecho de intentar agendar una fecha para volver a discutir el tema. Ahora bien, si la respuesta –positiva o negativa– tarda en llegar, incluso después de algunos intentos amables, tal vez sea un mensaje claro sobre tu futuro en la empresa. En ese caso, recomiendo que consideres explorar las oportunidades existentes en el mercado y tu valoración en él.
En funciones con escasez de profesionales talentosos, en general, las empresas están más dispuestas a pagar más para obtener el perfil deseado. La Guía Salarial de Robert Half ofrece buena información al respecto. Año tras año, en ella es posible acceder a los cargos en alta demanda, las habilidades técnicas y conductuales requeridas por las organizaciones, y las medias salariales de esas funciones. Con esos datos, puedes reestructurar los próximos pasos de tu plan de carrera, para alcanzar la remuneración deseada de manera más estructurada.
¿Cómo garantizar la empleabilidad y salarios más justos? Asume el mando de tu desarrollo profesional, entiende que tú eres tu mayor proyecto. ¿Recuerdas que la semana pasada hablé sobre la importancia de la educación continua? Ese es el tema que retomo en este punto. En la práctica, esto significa que, de vez en cuando, evalúes la necesidad de mejorar o desarrollar habilidades y cualificaciones. Créeme, puede ser muy frustrante perder una oportunidad de trabajo por falta de preparación.
El tema “negociación salarial” puede ser bastante delicado. Por eso, debes rodearte de argumentos sólidos, que demuestren cuánto has contribuido a la organización y cuánto más puedes aportar, y que también te recuerden, a ti mismo, tu verdadero valor. Así, tendrás más recursos internos para tomar las mejores decisiones.
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