Comunicarte con el equipo con más frecuencia es fundamental. Muchas empresas están priorizando programas de bienestar y salud mental. Sin embargo, estos programas no son soluciones milagrosas. Muchos de ellos son oportunidades de autocuidado, como cursos de mindfulness o líneas de apoyo psicológico. Aunque estos recursos son valiosos, muchos profesionales, bajo presión, pueden no tener tiempo para comprometerse con estas iniciativas.
Tu apoyo como gerente es crucial en este contexto. Conversar regularmente con el equipo es una de las formas más efectivas de reducir el estrés y el burnout. La comunicación efectiva siempre ha sido una habilidad esencial en la gestión, y se vuelve aún más importante cuando los colaboradores están en formatos de trabajo híbrido. Una buena práctica es realizar conversaciones individuales o en grupos pequeños con más frecuencia de la que hacías en el ambiente de oficina.
Las organizaciones deben buscar sistemáticamente saber cómo se siente cada colaborador, al menos una vez por semana. Esta estrategia ayuda a identificar rápidamente equipos que pueden estar enfrentando problemas, permitiendo que los líderes intervengan con apoyo específico cuando sea necesario.
Durante las conversaciones, es importante escuchar atentamente y entender cómo los miembros del equipo están lidiando con los nuevos desafíos, como la limitación de la socialización, la reducción de los momentos de descanso y la adaptación al trabajo híbrido. El estrés puede aumentar cuando los colaboradores ven a amigos o familiares enfrentar despidos, lo que puede generar sentimientos de inseguridad laboral.
Realizar reuniones presenciales o híbridas cortas, de alrededor de 15 minutos, para saber cómo están todos una vez por semana, distintas de las reuniones de trabajo regulares, es algo que el equipo probablemente apreciará. Sin embargo, es importante limitar el número de participantes a cuatro o cinco, para asegurar que todos tengan la oportunidad de expresarse. Muchas personas en una reunión pueden llevar a conversaciones paralelas, generando distracciones y confusiones.
Comprende que tu participación es fundamental.
Programa reuniones breves con tu equipo de manera semanal, solo para ver cómo las personas están enfrentando la nueva forma de trabajar y otras preocupaciones.
Genera una lluvia de ideas (brainstorming) para reducir el estrés y el agotamiento.
Sé empático: ¿Cómo se siente tu equipo? Y, ¿cómo está lidiando con las nuevas fuentes de estrés?
Además, realiza reuniones personales frecuentes con los miembros del equipo.
Trae a profesionales temporales capacitados para aliviar la sobrecarga de trabajo.
Sugiere ventanas de trabajo. Alienta a tu equipo a tomarse el tiempo libre ganado.
Tus esfuerzos para crear un entorno laboral que conduzca al bienestar mental no solo beneficiarán a tus empleados, sino que también a tu negocio.
Al hacerlo, se estima que las empresas pueden obtener un retorno de la inversión multiplicado por cinco. El truco es que se debe invertir tiempo y dinero, no solo dinero.